El recuerdo, como una vela, brilla más en Navidad
La navidad para mi es una época de recuerdos, muchos de estos tienen la etiqueta de felices y otros de no tantos, pero todos traen el sello de inolvidables.
La navidad para mi es una época de recuerdos, muchos de estos tienen la etiqueta de felices y otros de no tantos, pero todos traen el sello de inolvidables.
La navidad que más recuerdo es la última que tu abuelo (mi padre) nos acompaño.
Esa navidad ya su cuerpo no le respondía ya que hacia 06 meses había recibido el diagnóstico de cuadriplejia consecuencia de una sucesión de tres derrames cerebrales.
Además ya había transcurrido el tiempo en que se puede evidenciar las mejoras que el paciente puede alcanzar, en este caso tu abuelo no había tenido ninguna. Seguía con la traqueostomía, alimentado con sonda naso gástrica, sin poder mover ninguna extremidad salvo su mano que solía apretujar como su única fuente de comunicación. Pero si bien había terminado el tiempo de la expectativa había llegado la época de la dedicación y del amor incondicional, de preocuparnos exclusivamente en su bienestar físico y emocional. Porque a pesar de que el no podía hablar, por algunos momentos podíamos evidenciar que podía entender lo que pasaba a su alrededor, porque una o dos veces lo pille sonreír cuando yo y mi hermana padecíamos para transportarlo de una cama a otra o cuando algún pariente venia a visitarlo y hacia alguna broma.
Esa navidad fue el recuento de una serie de sentimientos, sensaciones y situaciones. Valoré la fortaleza y la capacidad de amor y de perdón de mi madre, la madurez de mi hermano menor, el desprendimiento de mi cuñado y el agradecimiento de mi hermana (quienes por trabajo durante ese tiempo tuvieron que vivir fuera del país) y la espera y comprensión infinita de tu padre porque la condición de mi padre altero los proyectos que teníamos como pareja. Es que en ese momento era impensable dejar a mi madre sola.
Esa navidad fue el recuento de una serie de sentimientos, sensaciones y situaciones. Valoré la fortaleza y la capacidad de amor y de perdón de mi madre, la madurez de mi hermano menor, el desprendimiento de mi cuñado y el agradecimiento de mi hermana (quienes por trabajo durante ese tiempo tuvieron que vivir fuera del país) y la espera y comprensión infinita de tu padre porque la condición de mi padre altero los proyectos que teníamos como pareja. Es que en ese momento era impensable dejar a mi madre sola.
Es que el cuidado de mi padre era muy demandante. Si bien es cierto durante el día mi madre tenia el apoyo de una enfermera que lo bañaba, alimentaba y cambiaba, había actividades adicionales que se tenia que ejecutarse como preparar su dieta especial, succionar cada cierto tiempo la flema que se le acumulaba, cambiarlo de posición cada dos horas para evitar las escaras y hacerle terapia para evitar que sus extremidades se endurecieran. Y esto era un trabajo constante de 24 horas.
Además durante esos meses, la gerencia general de mi empresa me promovió a un cargo de mayor responsabilidad y no contento con ello, me instó a ser coautor de un libro que una entidad importante (OMS) le había solicitado. Recuerdo que durante algunos meses la preocupación del avance (por que mi gerente era muy exigente) aminoró el dolor.
Además por ser un trabajo extraempresarial, los avances lo tenía que hacer en casa, así que durante las noches que ayudaba a mi madre avanzaba el libro. Esa situación me hizo entrenarme en producir bajo presión (y dolor), si bien durante esos días lo odiaba por tanta exigencia, hoy se lo agradezco y no solo por ello sino que la última que vez volvió para ocupar la gerencia general de mi empresa por algunos meses y se enteró de los problemas médicos que tenias, saltándose algunas políticas de la empresa hizo que nos inscribieran en un seguro médico destinado en ese tiempo para ejecutivos de mi empresa, beneficio que aún no me correspondía.
Además el libro fue mi regalo de esa navidad para mi padre. Sé que lo hubiera disfrutado mucho (tal vez si lo hizo), porque mientras se lo contaba al oido el apretaba mi mano. Aunque los médicos siempre dijeron que ese como cualquier otro era un movimiento involuntario
Esa fue una de las navidades más preciadas que tuve, viví el verdadero espíritu navideño, donde se entremezclan el perdón, la comprensión, la solidaridad y sobre todo amor incondicional que en muchos casos (como este) trasciende la muerte.
PD. Esta fue mi tercera gran pérdida, al igual que con Cristina me acorde de esa frase “solo una palabra suya bastaría para sanarlo”, pero debo confesar que lo hice sin convicción alguna, porque en el fondo de mi corazón sabia que no había probabilidad que funcionaria….
8 comentarios:
No hay mucho que pueda decir, salvo que si bien es una pérdida también hay mucho de ganancia, y lo contás vos misma. Este año se murió mi cuñada, todo el proceso hasta que finalmente se murió fue terrible, tanto que los hijos (13 y 7 años)volvieron a respirar con alivio, a disfrutar. Yo creo en Dios, y creo en el cielo y en la vida después de la muerte. El mismo día q nos confirmaron el diagnóstico de Constantino se murió Sole, q también estaba internada en fleni, y sentí como si me abrazara, esa seguridad de q no importa como, todo va estar bien, siempre.
En fin, espero que esta Navidad esté llena de lindos recuerdos, que sea muy, muy memorable y que la próxima sea aún mejor!!!
Muchos besos,
Marina
Marina:
Gracias por pasar.
Aunque parezca triste este recuerdo no lo es. Porque fue una pérdida que la vivi en todas sus etapas.
A veces uno no entiende lo que pasa en tu vida hasta que haces un recuento de lo ganaste vs lo que perdiste.
Y con respecto a Sole, estoy convencida que te abrazo sabiendo cuanto lo necesitabas y que esa sensación de compañia te iba a acompañar por siempre.
Cariños,
Rosio
Vengo a desearos una NAVIDAD MUY FELIZ y un 2010 colmado de triunfos y progresos.
Besotes.
Rosio, que bonito todo lo que cuentas sobre tu Padre, el gran amor con el que te expresas de el. Es una tristeza su partida, yo se que el esta orgulloso de una hija como tu.
Rosio, felicidades por el libro.
Georgina.
Rosío, las experiencias que cuentas son muy vitales. Ante el dolor la mayor parte de las veces ganamos esas otras facetas que tenemos olvidadas en algún rincón por el ajetreo de la vida diaria.
Sería bueno tener siempre presentes los sentimientos de solidaridad, de comprensión al otro, todo eso.
Pero en definitiva toda una lección haberlo vivido!!
muchos besos
hola rosi creo ya deje un comentario pero no salio o no se jejejeje la verdad que es una entrada triste pero como vos decis para vos no porque la viviste en todas las etapas que creo es lo importante,besossssssssssss
Rosio por algo esta es la Navidad que mas recuerdas, a mi muchas cosas me dicen que también esta navidad tendrá el sello de inolvidable para muchos de nosotros, y estoy segura que tu padre estaba consciente y escuchando tu lectura, disfrutando del amor de su familia, los médicos solo saben lo que les dice sus libros de medicina y la practica que hayan tenido de visitar a sus pacientes a ratos, las familias están atentas de estar con su único paciente las 24 horas al día, ¿Quién esta mejor capacitado para conocer sus gestos y expresiones de comunicación?
No lo dudes, claro que supo cuanto le amaban y cuanto querían verle mejorar y compartir con el.
Si, vivir cada etapa hace que puedas recordar con paz y no con dolor.
Mis mejores deseos para estas fechas decembrinas.
Hola Rosio,guapísima.La entrada que hiciste és triste pero tambien me parece un bello tributo a tu padre,creo que si él pudiera leerte se sentiría muy orgulloso de ti...ese recuerdo que le haces és muy bonito y enternecedor,te llega al alma y te hace darte cuenta que la vida és corta y que és mejor amar,perdonar,que nos perdonen y nos amen...és un ciclo que todos deberiamos pasar...feliz navidad y enhorabuena por esta entrada,és preciosa.Un abrazo.
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