lunes, 17 de enero de 2011

VISITA AL OFTALMOLOGO


Hace algunas semanas, papá se dio cuenta que fruncías el ceño y cerrabas los ojitos para ver de lejos, esto se empezó a presentar con más frecuencia, así que empezó a hacerte algunas pruebas.
Mika, que dice aquí (enseñándote un aviso para que lo leyeras) tú te quedabas mirando sin saber que responder. Te acercaba un poco más y tu más cerca del aviso comenzabas a leerlo. Te diste cuenta de ello y cuando nuevamente papá te hacia preguntas similares tú empezaste a decir: quiero más cerca, más cerca.

Ya no había dudas, así que sacamos para el viernes pasado una cita en el oftalmólogo. Antes de ingresar al oftalmólogo, debías pasar por la máquina que mide la vista, donde tú debías apoyar tu mentón en un pequeño soporte y ver por una especie de pantalla para que la máquina proceda a hacerte una primera medida de la vista.
Antes que yo dijera nada, papá se puso frente a ti y te explico que debías hacer: Mira Mika es una cámara fotográfica grande y tú debes mirar por aquí para tomar unas fotos, esa proposición te gusto y fuiste gustosa a poner tu carita y a mirar por la pantalla. Ya mirando por él era más fácil porque había figura de Barnies y princesas.
Lo que si tuvimos hacer fue callarte por tus constantes observaciones, porque gesticulabas mucho y el constante mover tu boca no permitía medirte adecuadamente
la vista.

Una vez que la máquina registró los resultados en un pequeño papel pasamos con el oftalmólogo. Papá lo conocía de un trabajo anterior así que tuvieron una pequeña conversación.
Como tu ya estabas sentada en el sillón del “paciente” el se acercó a ti y empezó a subir el sillón (similar a la del dentista) hasta que tu quedarás a su altura. Como lo había subido más de lo necesario, volvió a bajarlo y tú hiciste el pequeño comentario: la silla sube y baja. Instantes después el te dijo: acércate hacia delante, tu volviste a comentar la silla sube y baja y el te dijo no Micaela no quiero que subas o bajes, sino que te acerques hacia mi. Como tú no le entendiste el mismo te movió hacia delante.
Papá me miró e hizo un pequeño gesto que entendí como: creo que se hace necesario comentarle la condición de Mika.

Seguidamente el doctor te puso unos lentes especiales y te enseño dos papeles donde habían varias figuras en filas y te dijo dime: cual de ellas esta más salida. Tú te callaste unos minutos y cuando ya estábamos por comunicarle al doctor tu diagnóstico tú empezaste a señalar las figuras y el doctor empezó a decirte: muy bien Micaela.
Después repare que te había puesto unos lentes para ver en 3D (tridimensional) y la prueba consistía en que debías señalar solo aquellas figuras que se ven tridimensionalmente).

Una vez culminado este examen, empezó a enseñarte una paletas donde habían animales y a una distancia que el creía prudente. Te decía Micaela que es: tu como no veías jalabas las paletas hacia una menor distancia y le decías: esto es una oruga y después dabas la vuelta la paleta y decías esto es una mariposa.

Una vez culminado ese examen empezó a hacer preguntas, algunas no te eran nada familiares, así que previo acuerdo con papá a través de nuestras miradas decidimos comunicarle al Dr. tu condición.

Doctor, hay preguntas que Micaela no le responderá porque no comprende o porque tiene problemas de lenguaje, es que esta diagnosticada como autista de alto funcionamiento. El médico solo atinó a decir ah, de alto funcionamiento.

Una vez culminado el examen de fondo de ojos que según él salio bien, nos dio su dictamen final: Micaela es miopita (léase tiene miopía), la verdad que papá y yo ya lo sospechábamos así que no fue una sorpresa, además los antecedentes familiares que tenemos lo confirmaban y según aseguró el médico usualmente la miopía se hereda.

Pero cuando ya pensábamos que la consulta había terminado, el médico nos dijo que debíamos nuevamente hacer el mismo procedimiento pero con las pupilas dilatadas, así que debíamos echarte unas gotitas en el ojo. En este caso papá te dijo que debían echarte unas gotitas en el ojo para lavártelos, tú aceptaste de buenas maneras pero lo que yo no sabia era que las gotitas ardían, cuando ya ibas a empezar a llorar y quejarte, papá te dijo que debían echarte otras gotitas para enjuagarte porque las primeras estaban con jabón. Tú aceptaste y culminaron la operación: echar gotas al ojo de buena manera.

Tuvimos que salir por espacio de 15 minutos hasta que las gotas hicieran efecto, una vez finalizado los 15 minutos procedimos a realizar nuevamente todas las actividades. Al final salimos directo a la óptica con un papelito con la medida de lo que serán tus primeros lentes (anteojos).

Nosotros elegimos la forma de los lentes y tu elegiste el color, lo bueno que son especiales para niños y no hay peligro alguno que se rompan o se estropeen (bueno así dice la propaganda).
Yo estoy a la vez triste y a la vez contenta, lo primero porque me da penita que tan pequeñita estés teniendo problemas en la vista, pero contenta porque nos dimos cuenta a tiempo y esto te ayudará a ver mejor y por ende a seguir con tu actividad preferida la lectura ¿paradójico no?.

Ya veremos como nos va en esta nueva etapa, si te acostumbras a ello, si logras entender que más que un fastidio es un apoyo para realizar tus actividades….. en fin el tiempo lo dirá.

3 comentarios:

Anabel Cornago dijo...

Ya verás cómo te vas a acostumbrar, Mika, y seguirás leyendo todos esos cuentitos que tanto te gustan. Besitos, y lo guapetona que vas a estar :)

maria gloria dijo...

Mika seguro que te van a quedar preciosos los lentes!!! quiero ver fotos con tus lentes, besitos

En mi familia hay autismo y mucho más dijo...

Seguro que se acostumbra, además al ver mejor comprenderá mejor y estará todavía más atenta a todo. Me ha gustado mucho cómo explicas esta entrada, son dificultades con las que me siento tan identificada... autismo alto funcionamiento. Nadie sabe qué es eso, ni los oftalmólogos.