lunes, 13 de diciembre de 2010

PERDIENDO MI CAPACIDAD DE ASOMBRO


Estoy buscando talleres de verano para Mika, tengo varias opciones pero quiero reunir la mayor cantidad de ellas para al final decidirme por uno o por más de uno.
Así encontré unos talleres que me gustaron, es de un gabinete que trabaja con asperger y autismo, bueno al menos así dice la propaganda que leí.

Llamo al teléfono que tengo a la mano y una de las primeras cosas que me dice la persona que muy gentilmente me atiende es, nosotros trabajamos con asperger o con autismo de alto funcionamiento, realmente agradezco su sinceridad pero eso no evita que sienta un leve punzón en el corazón. Me imagino que si Mika tuviera rasgos severos o moderados quedaríamos descartadas de un lugar más.

En fin ofrecen “cosas” que quiero para mi hija, así que aprieto los dientes, paso saliva y sigo al teléfono, me dice que de todas maneras necesitan conocer a Mika (tal vez cerciorarse que Mika tienen el nivel que buscan), me dice la Srta. que me atenderá el director y que solo me cobrarán el 30% de la tarifa por tratarse de la evaluación previa a la aceptación de los talleres.

Conozco de nombre al director, aunque otras “mamás especiales” no me han dado buenas referencias de él. Algunas de ellas se sienten defraudadas (por no utilizar el término estafadas) porque pagaron un precio demasiado alto para que finalmente les diga que el no trabaja con niños como sus hijos o actualmente no tiene tiempo para atenderlos. Trato de ir sin prejuicio alguno, dejando de lado la mala fama que se viene ganando con algunas madres y decido ir yo a tener mi propio juicio sobre él.

Llego al edificio y junto al timbre del departamento, leo su ya conocido nombre, claro junto a la inseparable abreviatura de doctor. Me saluda (por el intercomunicador) y le digo que tengo una cita con él, me dice que no es posible pero abre la puerta y yo subo con Mika por la escalera porque el ascensor esta ocupado.

El me espera en la puerta del departamento y antes que diga nada le digo: yo hable con la Srta. XXXX, me refuta: entonces tienes una cita con la Srta. XXXX y no conmigo. No quiero extenderme porque siento un tono soberbio en su respuesta y en ese momento viene a mi mente el artículo que escribió Ani Molina: Especialistas en Autismo vs. Especialistas en Personas con Autismo. Y sin pensarlo dos veces lo encajo en el primer equipo.

Me pide que me siente y el se va, al parecer en ese momento esta atendiendo un paciente, esperamos unos pocos minutos y llega la Srta. con quien hable por teléfono, a diferencia de su director ella tiene un trato cálido y gentil. Le pide a Mika que la acompañe y ella se va con la señorita sin ningún problema.

Junto a mi hay una chica, asumo que es la nana de algún paciente que esta en consulta ya que tiene el uniforme característico de las personas que cumplen esa función. Ni siquiera me mira porque esta inmersa en la chalina que esta tejiendo además tiene audífonos en los iodos.
Cuando ya me dispongo a sacar un libro para leer, alguien toca la puerta, aparece nuevamente un señor que minutos antes daba indicaciones a una persona de cómo llegar al consultorio. Por lo que escuchó la señora que viene de visita tenia una cita con la señorita que actualmente esta trabajando con Mika. El señor que la recibe desaparece por un momento y a los minutos vuelve a aparecer le dice a la señora que recién llego que como su cita era hace más de una hora, en este momento la Srta. XXXX no la puede atender pero si gusta la puede esperar para fijar una nueva cita.

Ella asienta la cabeza y dice que esperará. La noto muy preocupada y puedo intuir que es una madre con sospecha de diagnóstico le hago un espacio en el único sofá de la habitación para que se siente, me agradece y se sienta en un pequeño espacio que hay entre yo y la chica que teje.

Inicio la conversación, le preguntó si es mamá o profesional, ella presurosa me contesta que es mamá, que se atraso a la cita porque no ubicaba el local y estuvo perdida por los alrededores por más de media hora. Continua hablando… me cuenta que en un hospital público le acaban de decir que su hijo esta dentro del espectro autista, le pregunto la edad y me dice que tiene seis años. Hago esfuerzo para que no mire mi cara de asombro, pero me indigna de sobremanera un diagnóstico tan pero tan tardío.

Me comentan que le han dicho que su hijo puede ser asperger, pero ella duda que pueda ser autista, ya que ahora si se comunica, aunque hace la salvedad todavía tiene problemas de conducta y sigue en nivel inicial. No puedo decir nada, mejor dicho no le quiero decir que con esas características es muy probable que su hijo este dentro del espectro.

En ese momento sale Mika de la evaluación, la señorita me dice que le fue bien. Que sin ningún problema podrá asistir a los talleres, me alegra pero no dejo de pensar en ese niño, en los avances que hubiera podido tener si hubiera sido diagnosticado hace 3 años atrás. Me preguntó como es posible que algún pediatra, maestro o psicólogo que tuvo contacto estos tres últimos años con este niño no percibiera la diferencia con sus pares…. En fin creo que esto solo pasa en países como el mío.

5 comentarios:

maria gloria dijo...

Rosio esto ocurre en mi país tambien y creo que en muchos países hasta en los de primer mundo es una lástima el tiempo perdido, besitos a Mika

Unknown dijo...

No Rosío, pasa en todos los lugares que se te ocurra.
Muchas veces los padres consultan consultan, y las respuestas son: ya pasará, hablará, el comportamiento es típico de su edad...en fin.

Allí las chicas que cuidan a niños llevan uniforme? aquí no, son personas que te ayudan en la crianza cuando sales a trabajar.

Besitos a Mika :)

María dijo...

Yo creo que pasa en todos, a veces son los propios padres los que no pueden ver el problema en su hijo. Tengo una amiga logopeda en un colegio y mr deja asombrada de las reacciones de algunos padres cuando se les dice que sus hijos necesitan ayuda.
Pero este no era el caso, y espero que el diagnóstico tardio no condicione mucho su futuro.
Un beso fuerte a las dos

Rosio dijo...

Maria Gloria:
Realmente es una lásstima, porque sabemos que un diagnóstico temprano puede marcar la diferencia.
Gracias por pasar.

Rosio dijo...

Graciela:
es cierto muchas veces los padres somos los que vamos con las preocupaciones al médico y son ellos los que nos dicen que somos muy ansiosos, mucho más si somos primerizos.

Si usualmente la gente que tiene mayor nivel adquisitivo, uniforma al persona que trabaja con él. Los que están a favor dicen que es por una cuestión de orden y limpieza, los detractores dicen que es una forma de discriminación.

Muchas gracias por pasar.
Cariños,
Rosio