jueves, 26 de septiembre de 2013

UN NUEVO INTEGRANTE EN LA FAMILIA: CAMILO



Camilo llegó a nuestras vidas en el momento preciso, confieso que nunca tuve el deseo de tener una mascota en casa. Pero Mika siempre nos la pidió porque como he contado en la entrada anterior, ella adora a los animales y su mayor anhelo era tener una para ella.
Se me estrujaba el corazón cuando los fines de semana íbamos al supermercado y ella me pedía pasar por el pasadizo de comida, utensilios y juguetes de mascotas. Y era un: mira mamá esta comida le compraré a mi mascota cuando tenga una, este plato lo utilizaremos para su comida y este para su agua, con este juguete se divertirá mucho.
 
Por mi parte las excusas para no tener una mascota en casa eran las siguientes: casa pequeña, responsabilidades en el trabajo (tengo a mi cargo 4 áreas de mi empresa),  responsabilidades en casa (no tengo personal externo de apoyo salvo mi marido que hace lo que puede y una señora que viene a limpiar una vez a la semana), responsabilidades con Mika (ayudarla en las tareas, repasarle las terapias, trabajar con ella temas de teoría de la mente, hacerle historias sociales, etc., etc.), aunque estas últimas las comparto con mi marido. Así como actividades que venimos trabajando con la asociación que presido. A esto se sumaban los siguientes cuestionamientos: con quién se iba a quedar la mascota durante el día, quien iba a enseñarle modales perrunos (minimamente el que hiciera sus necesidades en un solo lugar y que no destrozará todo lo que tenia a su alcance). A esto agregaba lo económico:  presupuesto para comprar la mascota, presupuesto aparte para mantenerlo (comida, veterinario, etc). Y el tema médico era la cereza en el pastel: la alergia de Mika al pelo de los animales,  es decir un sin fin de cosas en contra que hacían inclinar la balanza  a NO TENER.
 
Pero un buen día me escribió una querida amiga de la infancia para decirme que su perrita había parido y quería regalarle a Mika un perrito, de aceptar solo nos quedaba ir a recogerlo.
 
Hablamos con mi marido y el dijo que si, habían cosas a favor era un perrito pequeño y sin pelo (así que el tema médico estaba superado). Por mi parte quise por primera vez dejar de decidir con la cabeza para decidir con el corazón y también dije si.
 
Hoy Mika esta maravillada con su mascota, tanto así que ha logrado desplazar a la computadora y al ipad y lo más importante este animalito demandante y juguetón la hace inmensamente feliz. 

Pego un pequeño vídeo para mostrar como se relacionan Mika y Camilo:

2 comentarios:

Programa de Desarrollo Psicosocial dijo...

Felicitaciones!Me parece una decisión acertadísima, una mascota trae responsabilidades pero también muchos beneficios, alegría, amor, ternura, enseñanzas... Bienvenido Camilo y que disfruten de su compañía! Cariños

fer dijo...

Hola de nuevo Rosio, me alegro que Mika disfrute de Camilo. Seguro que ale hace mucho bien. Un abrazo. Fernando.