domingo, 28 de octubre de 2012

ENFRENTANDO EL BUYLLING Y LAS ETIQUETAS

 
 
Teníamos pendiente una visita con la maestra, pero previo a la reunión se dieron dos situaciones que definitivamene aumentaron las alertas.

El primero fue un cumpleaños de uno de los niños. Apenas llegamos Mika corrió al segundo piso a buscar a sus amigas, mientras yo permanecí en el primer piso saludando a los papás de los amiguitos de Mika. Pero mis sentidos estaban en el segundo piso así que apenas Mika llegó al segundo piso escuche un pequeño coro de voces diciendo: Mika fea, Mika fea, Mika fea después de algunos segundos su nombre fue pronunciado varias veces y por lo que pude escuchar era porque agarraba algunos juguetes y ellos no querían. Dejaron de pronunciar su nombre por algunos momentos y subí al segundo piso.
Los cuartos no tenían muebles (los dueños recién se iban a mudar) caminé hacia los cuartos del fondo gire mi cabeza a la izquierda y vi a los niños jugando tirados en el suelo. El grupo era pequeño no más de 5 y allí estaban los 2 niños (L. y L.) que habían tenido el "pequeño" altercado con Mika en el colegio, solo uno estaba algo apartado y no lo dejaban jugar. Pero Mika no estaba, así que entré al único cuarto que quedaba. Estaba en silencio y solo había una carpa de campamento, me acerqué y vi a tres niñas dentro de él. Allí estaba Mika junto a ella, estaba su querida amiga D y otra niña que al perecer recién acaban de conocer. Pregunté a que estaban jugando y me dijeron al campamento. El verla con D. me dio tranquilidad y baje a seguir conversando con el resto de padres. A partir de allí la pude ver más seguido porque los niños (incluyendo Mika) bajaban con frecuencia para coger dulces y subían para seguir jugando. Después casi todos los chicos permanecieron en el primer piso y pude ver no solamente los dos chicos (L. y L.) son los que buscan a Mika, sino también que ella busca acercarse les. Inclusive en un momento el manejaba una especie de bici (casi al ras del suelo y sin pedales) y ella se acercó para revolverle el cabello con la mano y al parecer el niño no se incomodo.

El siguiente episodio se dio un Domingo donde los padres nos reunimos para entrenar voley y fútbol porque debemos participar en el campeonato que organiza el colegio. Fuimos Mika, la terapista que trabaja con Mika y yo. Le pedí a la terapista que fuera con nosotras por dos hechos puntuales, yo iba a estar ocupada y no podía dejar a Mika a su libre albedrío, porque el lugar es grande, ese día va muchísima gente y además porque me interesaba que ella evaluara la relación de Mika con sus amigos del cole. A pesar que estaba con ella cada cierto tiempo yo e echaba un ojo y la mayor parte de veces la vi junto a su amiga D. El entrenamiento duro casi dos horas y cundo salimos le pedí a E. (la terapista) que me contará que había visto. Me comentó que cuando llegaron los niños al unísono empezaron a correar: Mika fea, Mika fea. Ella se acercó a los niños y les dijo ¿porqué a mi amiga le dicen fea?, ellos se callaron y ella les pidió que por favor se disculparán con ella. Y ellos uno a uno así lo hicieron. Pero lo que más le impactó fue como trataron a uno de ellos: los insultos fueron de torpe, tonto, lento y su mal no recuerdo hasta físico. Me quedé de una pieza sobre todo porque tanto el papá como la mamá del niño estaban allí presentes y el niño no había acudido a ellos. Y me pregunté si esa situación tal vez no se había dado todo el año y él ya se había acostumbrado a ser maltrado.

Con esos dos antecedentes, corrí a escribirle nuevamente a la profesora y le pedí una cita urgente. Nos dio fecha y acudimos (mi marido y yo) a hablar con ella. Como estaba pendiente una reunión del informe de Mika, comenzó a hablar sobre ella: Ha mejorado mucho su contacto visual, su juego si al inicio fue paralela, ahora casi a no lo es, juega y se integra cada vez más con sus compañeros sobre todo con las niñas. Todavía llora y grita cuando no consigue algo pero cada vez ese comportamiento es menos frecuente. Hay que seguir trabajando su flexibilidad porque muchas veces ese es el conflicto con sus compañeros. Y bueno en el tema cognitivo no hay ningún problema, al contrario su nivel esta por encima del resto pero eso ha sido vital porque eso ha motivado para que los chicos se motiven a aprender y a querer pisarle los talones.

Cuando ella terminó e hablar le dijimos que nos traía allí situaciones que nos preocupaba mucho. Que como ya se lo habíamos dicho uno de nuestros mayores intereses en el caso de Mika es cuidar su aspecto socio emocional, ya que dada a su condición ese aspecto es vital. Pero no solo nos preocupa ella sino su entorno. Y para su entorno no deseamos niños ni agresivos ni pasivos, sino asertivos, que sepan respetar al otro y hacerse respetar. Posteriormente le comentamos lo que vimos en los 3 eventos, tratamos de ser objetivos sin exagerar ni minimizar las situaciones, finalmente le expusimos el motivo de nuestra preocupación con respecto a como se estaba construyendo la relación de los chicos.
 
Cuando terminamos de hablar ella coincidió que nuestra preocupación era válida y nos agradeció que se lo comentáramos porque las situaciones se desarrollaron en espacios donde ella no había estado presente. Y que iba a estar en ese aspecto más atenta a como los chicos se estaban relacionando. Y también nos comentó una situación que paso con Mika y algunos compañeros y ella tuvo que tomar acción. Que iba a hablar con los chicos y si esto no paraba ya iba a hablar con los padres.
 
Cuando ya estábamos o terminar la reunión tres niños asomaron sus cabecitas por las ventanas.  La profesora les pidió retirarse pero el niño (las otras dos eran niñas) le preguntó que hacíamos y quienes eramos (mi marido y yo). Ella le respondió que estaba en una reunión y que nosotros eramos los papás de Micaela.
 
El niño se quedó pensando por unos segundos y en voz alta dijo lo que pensaba: Micaela............., Micaela ah la niña que parece tonta. La profesora nos pidió disculpas y de un salto salió a conversar con el niño. Mi marido y yo nos miramos. En ese momento no pude descifrar muy bien lo que sentí, pero no fue ni dolor ni cólera. Ya que estos años nos hemos templado como el acero a base de fuego y golpes, pero fue un pequeño golpe que al menos a mi me hizo vibrar el corazón. Mientras la profesora hablaba con el niño, las otras dos niñas nos hicieron conversación así que ni siquiera intercambiamos comentarios con mi marido. De pronto el niño se apareció en el salón cabizbajo y nos pidió disculpas, nosotros aceptamos sin mayor problema y el se fue. Ahora que lo pienso con más calma creo que nos perdimos una gran oportunidad de preguntarle al niño porque pensaba eso de Mika y tal vez hubiera sido lo más adecuado que nosotros le explicáramos porque Mika es así.
 
Cuando salimos del salón reparamos porque Mika era etiquetada de esa manera y concluimos que muchas veces hace cosas "fuera del contexto". Así que hay que seguir trabajando duro, es cierto en estos años Mika ha tenido muchísimos avances pero cada día hay nuevos desafíos que superar.


  

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