El otro día la señora que nos ayuda en la limpieza de la casa, encontró un pequeño caracolito que habías hecho con plastilina, me preguntó si habías tenido alguna vez contacto con algún caracolito de verdad a lo que yo le dije que me parecía no.
Entonces me pidió permiso para traer uno que había visto de un jardín. A los pocos minutos volvió y te lo mostró apenas lo viste le dijiste: dame el caracolito por favor clarita. En un momento le quisiste agarrar sus antenitas y el, en un acto de sobrevivencia se metió dentro de su caparazón, te comentamos que debías esperar a que volviera a sacar su cabeza y que era necesario que no le agarrarás su cabeza porque se iba a volver a esconder.
Al confirmar que nada malo te podía pasar permití que te lo diera, ella te lo puso en el brazo y el caracolito camino por tu brazo hacia las puntas de tus dedos, mientras tú observabas cada uno de sus movimientos, en algunos momentos quisiste agarrarle las antenitas pero ante la advertencia que se iba a esconder controlabas tus ganas. Apenas llegaba a la punta de tus dedos tu lo volvías a poner en al inicio de tu brazo. El caracolito debió recorrer este trecho como 4 veces, después te lo quitamos y te comentamos que debía volver a su casa a comer. Hiciste un conato de berrinche pero se te paso en pocos segundos.
Apenas llegó papá en la noche le comente lo ocurrido con el caracolito y el me contó que ya anteriormente habías estado en contacto con un caracol pero que la experiencia no había sido muy buena.
Bueno al inicio todo iba muy bien pero cuando papá quiso volverlo a su lugar tú te enojaste y le diste un golpe al caracolito y con la fuerza que pusiste lo aplastaste y lo mataste. Cuando viste al caracolito inmóvil y deshecho te pusiste a llorar con más fuerza diciendo: pega caracolito por favor papá, el te dijo que era imposible que el caracolito no era un juguete y que ya no se podía pegar.
Creo que la experiencia supero con creces cualquier indicación “abstracta” que mamá o papá te pudieron dar, eso motivo que en una segunda oportunidad tratarás al caracolito son grandes dosis de cuidado y algunas de cariño.
PD. El caracol de la primera foto es el que hiciste con tus manitas.
6 comentarios:
Hola guapísimas! que bueno que Mika disfrutara con el caracol,me ha recordado a Cristina del blog "Cristina y su mundo".Y que pasada el caracol que hizo,és chulísimo...que maña tiene la nena! Ja,ja,ja,un beso gordo y un gran abrazo.
jajaja pobre caracol el primero que vio con el papá no.... pero lo bueno es que la segunda ves ya tuvo cuidado osea que ya se dio cuenta que lo podia lastimar y eso es buenisimo,lastima lo de los berrinches no!!!! porque hay ocaciones que se sobresalen por algo que no entienden que debe ser asi como volver asu lugar,besosssssssssss
Rosio que tierna es Mika y que lindo su caracolito y la experiencia de hacerle caminar por sus brazitos es muy buena, yo la verdad le tengo miedo jaja, esta grande Mika y muy linda, muchos besitos a las dos
Linda la entrada..me gusto mucho el caracolito color rosa hecho de plastilina.
Yo creo que es muy importante que nuestros hijos se sensibilizen y convivan con la naturaleza.
A mi me encanta que Nico conviva con los animales, las plantas, todo...que sienta y toque todo.
Rosío, pero qué ternura de fotos! Hay que ver cómo son los niños, te digo, porque mi hija no se atrevería ni siquiera a cogerlo! Me encanta ver a Mika!
abrazos!!
Rosio, me la como a besos!!! Más allá de los berrinches, qué lindo todo lo demás! Mika sigue sorprendiéndome!
Besos, ya volvimos :)
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