El que hagas una dieta especial no permite que puedas comer cualquier galleta o pan que venden en el supermercado. Así que mamá de inutilísima pasó a ser una madre hacendosa que hornea pan, galletas y pasteles a su hija.
En estos casi tres años de dieta, debo haber horneado galletas y pasteles más de 100 veces siempre apuradísima, porque una vez culminada “la delicia” debía trabajar contigo. O aprovechaba las horas en que tú estabas dormida para hacerlo.
Pero hace algunas semanas se me prendió el foquito ¿y porque no hacerlo contigo? Y la verdad que ha sido un éxito rotundo.
Estas tan predispuestas que disfrutas estas actividad y ni siquiera te das cuenta que esta actividad me permite trabajar contigo vocabulario, estructuración de lenguaje, secuencias y tolerancia al ruido (batidora).
Primero la harina (de maíz, yuca o arroz), después el chuño y por último la maicena - te digo. Tú repites lo que te digo apuntando el frasco de cada ingrediente.
Te sigo hablando: Agarramos el colador y aquí dentro echamos las harinas, ahora golpea despacito para cernir (tú lo haces tan bien que pareces una experta.
Te enseño: Mira, Mika la harina esta cayendo dentro del tazón pequeño.
Te sigo hablando: Agarramos el colador y aquí dentro echamos las harinas, ahora golpea despacito para cernir (tú lo haces tan bien que pareces una experta.
Te enseño: Mira, Mika la harina esta cayendo dentro del tazón pequeño.

También te ordeno: Pídele a papá una servilleta, tú vas hacia él y se lo pides. Si lo dices mal, él te corrige. Después te pido: tráela para acá.
Ahora limpia la cuchara con la servilleta, te vuelvo a pedir. Y tú lo haces sin ningún problema.
Ahora limpia la cuchara con la servilleta, te vuelvo a pedir. Y tú lo haces sin ningún problema.

Te llevó hacia la refrigeradora. Ahora vamos a sacar dos huevos del refrigerador, te doy una a ti uno y tú exclamas ¡¡¡esta frío!!!. Los llevamos a la mesa del trabajo y te vuelvo a indicar: ahora rompemos los huevos y lo echamos en el tazón grande. Aprovecho en preguntar ¿Mika que animal nos da huevos? Tú respondes: la gallina.
Te doy una nueva indicación vota la cáscara de los huevos en la basura, tu vas corriendo y regresas presurosa.
Te doy una nueva indicación vota la cáscara de los huevos en la basura, tu vas corriendo y regresas presurosa.
Ahora sacamos la batidora – te digo. Tú apenas la escuchas nombrar te tapas los oídos. Mantienes tus manos en tus orejas hasta unos segundos después en que enciendo la batidora, porque tú quieres meter tus dedos en la masa para comerlo y así estamos en un tira y jala.
Como siempre “me olvido” de los implementos, eso permite que te solicite que se lo pidas a papá (cuando él esta en casa) sino los pongo en un lugar visible para que puedas encontrarlos rápidamente.
Después colocamos la masa en la bandeja del hormo “quiero letras de Micaela” me dices, es la forma en que me pides que con la masa (de las galletas) haga las letras que conforman tu nombre.
Metemos las galletas al horno y como este, esta precalentando minutos antes, tu reparas que esta caliente, tocas el vidrio, me miras a los ojos y dramatizas enseñándome tu dedos ¡¡¡uy quema!!!.
Los 10 o 15 minutos que demora en hornear las galletas, esperas paradita junto al horno. Cuando abro el horno para voltearlas tú debes aguantarte y obedecer que no debes acercarte porque te puedes quemar.
Una vez que las galletas están listas te comes de un tiro la mitad de la bandeja (porque previamente yo me asegure de guardar la otra mitad).
Una vez culminado el banquete te preguntó: Mika que hicimos y tú respondes preparar galletas (recién aprendido).
Y yo asiento con la cabeza, si Mika, las dos hicimos galletas.
Esas galletas que no solamente alimentan tú cuerpo sino también mi espíritu.
Esas galletas que no solamente alimentan tú cuerpo sino también mi espíritu.
PD. No pude tomar muchas fotos, ya que estaba con las manos ocupadas.