El sábado pasado volvimos a ir a una fiesta de cumpleaños y te comportaste maravillosamente.
Por mucho tiempo te evite las fiestas de cumpleaños, solo fuimos a aquellas donde la disponibilidad de tiempo y el cariño fueron la razón principal para asistir. Es que aún tienes dificultad para procesar algunos sonidos, y por ello, para ti es una tortura cuando la gente aplaude y canta la canción del cumpleaños.
Antes de salir de casa te comenté donde iríamos, incluso para asegurarme que entendieras cante una pequeña estrofa del “cumpleaños feliz” y tu respuesta fue “no quieres” (que en tu lenguaje significa “no quiero”). Pero hemos aprendido que no hay que huir de las dificultades sino enfrentarlas.
Nos embarcamos en la travesía, cruzamos medio Lima y llegamos al lugar de la fiesta, en honor a la verdad las instalaciones eran adecuadas, un salón amplio con muchos juguetes, un salón de lectura con muchos cuentos, un jardín con columpios, subibajas, caballito mecedor, etc.
Apenas miraste los animales, te fuiste a jugar con ellos. Como siempre no faltaron los comentarios como: “es muy independiente”, “mira pone en fila los muñecos”, “no hace caso porque esta absorta en los juguetes”; en fin hija son conductas que ya no me molestan, son parte de tú condición y he aprendido a respetarlas y hasta disfrutarlas.
Luego se inició el show, la música que acompaño la animación no fue estridente, te mantuviste a una distancia prudencial y desde allí disfrutaste el teatro de títeres de Barney y sus amigos. Pude constatar que entendías las preguntas que la animadora hacia, aunque eran preguntas que tú ya conoces, (¿como hace la vaca? muu; ¡como hace el cerdo? oik, oik), respondías despacito y buscabas mi cara para demandar mi aprobación. Yo te sonreía y meneaba mi cabeza en señal de afirmación. En un momento te olvidaste que yo estaba en tu izquierda y giraste hacía la derecha, cuando te percataste que no era yo, giraste nuevamente tu carita hacia la izquierda, buscándome. A eso Mika, los terapeutas lo llaman interacción, para mi se llama felicidad.
Por mucho tiempo te evite las fiestas de cumpleaños, solo fuimos a aquellas donde la disponibilidad de tiempo y el cariño fueron la razón principal para asistir. Es que aún tienes dificultad para procesar algunos sonidos, y por ello, para ti es una tortura cuando la gente aplaude y canta la canción del cumpleaños.
Antes de salir de casa te comenté donde iríamos, incluso para asegurarme que entendieras cante una pequeña estrofa del “cumpleaños feliz” y tu respuesta fue “no quieres” (que en tu lenguaje significa “no quiero”). Pero hemos aprendido que no hay que huir de las dificultades sino enfrentarlas.
Nos embarcamos en la travesía, cruzamos medio Lima y llegamos al lugar de la fiesta, en honor a la verdad las instalaciones eran adecuadas, un salón amplio con muchos juguetes, un salón de lectura con muchos cuentos, un jardín con columpios, subibajas, caballito mecedor, etc.
Apenas miraste los animales, te fuiste a jugar con ellos. Como siempre no faltaron los comentarios como: “es muy independiente”, “mira pone en fila los muñecos”, “no hace caso porque esta absorta en los juguetes”; en fin hija son conductas que ya no me molestan, son parte de tú condición y he aprendido a respetarlas y hasta disfrutarlas.
Luego se inició el show, la música que acompaño la animación no fue estridente, te mantuviste a una distancia prudencial y desde allí disfrutaste el teatro de títeres de Barney y sus amigos. Pude constatar que entendías las preguntas que la animadora hacia, aunque eran preguntas que tú ya conoces, (¿como hace la vaca? muu; ¡como hace el cerdo? oik, oik), respondías despacito y buscabas mi cara para demandar mi aprobación. Yo te sonreía y meneaba mi cabeza en señal de afirmación. En un momento te olvidaste que yo estaba en tu izquierda y giraste hacía la derecha, cuando te percataste que no era yo, giraste nuevamente tu carita hacia la izquierda, buscándome. A eso Mika, los terapeutas lo llaman interacción, para mi se llama felicidad.
5 comentarios:
Que alegría que Mika interactúe de esa forma!
Agus, antes del diagnostico, tuvo algo que llamo "período oscuro". Estaba todo el día sentado jugando a los bloques. No quería jugar con otra cosa. Los apilaba de abajo hacia arriba, los ponia en fila, y lo repetia una y mil veces. No tenia contacto visual, no podia elegir entre una cosa y otra...
Entre el tratamiento cognitivo conductual, integracion sensorial, neurolinguista e hidroterapia pudo cambiar muchas cosas...
y no perdemos las esperanzas de que continúe mejorando.
Un beso grande para ustedes!
Què linda es Mika!!! Yo pasè por tantas etapas!! Y de los comentarios... sacale la lengua!!!
Laura (mamá de Agus):
Mika tambien tuvo su "periodo oscuro", hasta hace no mucho tiempo me dolia tanto recordarlo, ahora no, porque me permite hacer una comparación entre el antes y el ahora; porque MiKa es puro avance, como dice Laura (la mamá de Tomás).
Y me imagino que Agus también, claro a veces se toman su tiempo, toman aire y despues ¡¡¡NO PARAN!!!
Muchos besos para tí y para Agus
Es estremecedor sentir el amor de madre, convertido en inspiracion literaria, estoy seguro que ademas ayuda a orientar los pasos, no solo de una madre...tu
tambien de muchas, que siguen el mismo camino, podria decir de todos lo padres que aman a sus hijos y se eneternecen cuando los ven dormidos y se angustian cuando los vees sufrir...Por la evolucion de Mika, segun se leen en estas paginas, ten por seguro que sera ella quien escriba el epilogo de este hermoso diario...Gracias mama!!!
Anónimo:
El escribir es terapeútico para mi y realmente espero que pueda ayudar a alguna mamá a ver que con mucho trabajo, amor y dedicación nuestros niños avanzan.
Sobre que mi hija escriba el epilogo de este blog, es uno de los más grandes sueños que tengo. Y por ello tenemos que trabajar mucho para hacerlo realidad.
Gracias por comentar.
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